Doy inicio a este espacio de una forma poco decorosa, nada más y nada menos que anunciando la posibilidad de un default para la República Argentina. Ahora bien... ¿Quién soy y por qué digo esto? Mi nombre es Juan Martín Rinaldi y estoy entrando al cuarto año de la carrera de Contador Público en la Universidad Nacional de Córdoba. Tengo veinte años y durante el transcurso del año 2009 hice un pequeño paper empleando una relación algebraica ampliamente conocida para relacionar el stock de deuda con el PBI argentino en términos reales o nominales, dependiendo de lo que se quiera averiguar. En dicho trabajo encontré, empleando números oficiales, una relación entre el producto argentino y su stock de deuda peligrosamente elevada para las características estructurales de la economía del mencionado país. Nótese que hablé de cifras oficiales y aún así la relación es peligrosamente elevada, por lo cual si quisiéramos averiguar realmente el valor de la tasa sería seguramente aún más alta de lo que estimé (sobretodo teniendo presente que usé una tasa de crecimiento irrisoriamente alta). ¿A qué economista, prestigioso o no, han oído hablar de default en los últimos cinco años? Personalmente, sólo he oído a nada menos que NINGUNO. Y sin embargo, la evidencia los condena, condena su silencio y su omisión ante el manejo indiscriminado de variables macroeconómicas delicadas que merecen ser atendidas y vigiladas. De todos modos, si es que todavía no los aburrí con mi palabrerío, los invito a participar de este espacio que inauguro para compartir ideas no sólo de economía sino de lo que se les ocurra, cual un espacio de discusión e intercambio de información en el que se respete la diversidad de pensamiento y culturas, sólo para individuos con mentes abiertas y dispuestas a compartir criterios. Doy entonces por iniciado este blog, con la viva esperanza de que derrame información valiosa para sus mentes y para la mía y continuemos enriqueciendo el ya rico espacio abstracto de la web con pensamientos frescos e innovadores. A continuación les adjuntaré el paper del que les hablé. Para entendidos y para iniciáticos es simple de entender y sólo posee 4 explosivas páginas (fiel a mi estilo de que lo breve es siempre lo mejor).
La relación deuda- producto en Argentina y su tendencia
Autor:Juan Martín Rinaldi
Por lo visto, últimamente los economistas están ocupados más en un problema que podría adjudicarse a otros especialistas: los físicos. Se trata de la evaluación de una caída libre de un conjunto de cuerpos precipitándose desde diferentes altitudes y se preguntan airosos: ¿quién llegará primero al suelo? Efectivamente, hay una alta probabilidad de que dentro de los próximos años (no tengo la valentía suficiente para decir meses) al menos dos o tres mercados emergentes van a sufrir otra dramática crisis y, una de las consecuencias de lo mismo, es que declaren un default sobre su deuda (probable, pero no necesariamente).
Sobreviene a ello la flamante pregunta: ¿Argentina será uno de estos países subdesarrollados y seremos catalogados nuevamente como ? Y, en caso de que no lo fuera: ¿quién o quiénes tocarán fondo primero? ¿Serán fuertes aliados comerciales de nuestra Nación? ¿Cómo afectará esto las variables macroeconómicas argentinas?
Es un hecho que la arquitectura financiera global está hecha añicos y, ante esto, la presión por amortizar deudas y pagar sus respectivos intereses por parte de las entidades financieras internacionales hacia las naciones deudoras se incrementa notablemente. Se revisará exclusivamente el nivel de endeudamiento argentino en relación a su producto y su capacidad para efectuar pagos destinados a amortizar deuda y saldar intereses (basándonos en datos oficiales):
1.Superávit fiscal primario: en 2008 las cuentas consolidadas del Sector Público Nacional registraron un superávit primario de 9.228 millones de dólares (92280000 miles de U$S)
2.Deuda del Sector Público Nacional excluida la deuda no presentada al canje en miles de U$S-saldo bruto-(Dto. 1735/04):145.975.089 (al 31/12/2008).
3.Ahora viene un punto complicado: calcular la tasa de interés a la que Argentina está pagando su deuda, ante lo cual debemos recurrir a un cuadro de evolución de amortizaciones e intereses y, posteriormente, calcular a través de la matemática financiera, dicha variable:
Año
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
TOTAL DEUDA PÚBLICA
28.256.731
12.134.470
13.758.902
10.531.363
9.777.765
7.017.271
12.074.808
CAPITAL
23.965.568
8.404.112
10.321.230
7.414.768
6.982.815
3.761.178
8.916.043
INTERÉS
4.291.163
3.730.358
3.437.672
3.116.595
2.794.949
3.256.093
3.158.764
Año
2016
2017
2018
2019
2020/2089
TOTAL
TOTAL DEUDA PÚBLICA
15.365.242
8.077.129
3.653.285
2.934.836
78.922.591
202.504.393
CAPITAL
12.755.607
5.723.642
1.464.090
696.677
48.640.294
139.046.024
INTERÉS
2.609.636
2.353.487
2.189.195
2.238.159
30.282.297
63.458.368
Por cuestiones relacionadas a la naturaleza misma de la deuda, tanto las amortizaciones como el interés son variables y, por ende, tomaré una cuota de deuda promedio como hipótesis de trabajo (reconociendo el error que puede acarrear en función de la desviación estándar de la variable). Previo desarrollo matemático, obtenemos (en términos aproximados, con cierto margen de error):
Se suponen tres tipos de plazos y pagos trimestrales vencidos:
-10 años: i = 0.03 trimestral; equivalente anual = 0.1255; para los diez años = 2.2618
-15 años: i = 0.04 trimestral; equivalente anual = 0.1698; para los quince años = 9.5117
-20 años: i = 0.05 trimestral; equivalente anual = 0.2155; para los veinte años = 48.5563
La tasa de interés para todo el período sería =
[(1 + 2.2618)(1 + 9.5117)(1+ 48.5563)] – 1 = 1750.2321 para 45 años
5. La tasa de crecimiento económico (g) de la República Argentina: aislemos el crecimiento para los últimos seis años y obtengamos una tasa de crecimiento promedio:
Año
Índice 1993= 100
Variación %
2003
108,3
8,8
2004
118,0
9,0
2005
128,9
9,2
2006
139,8
8,5
2007
151,9
8,7
2008
162,5
7,0
g prom = [n√I(n) / I (0) ] – 1 = [6√162.5/108.3] – 1 = 0.069968
Y es esa la tasa de crecimiento que buscábamos.
Por supuesto, a posteriori reconoceremos la inexorable presencia de pronósticos fundados en hechos tangibles que nos hablan de un crecimiento bastante inferior.
Calcularemos la relación deuda pública/ PBI o coeficiente de endeudamiento en relación al producto en base a la conocida fórmula:
Dt/PBIt = (Dt-1/PBIt-1)[(1 + i)/(1+g)] – RPt/PBIt
Siendo:
Dt = stock de deuda en el período “t”
Dt-1 =ídem- período “t-1”
PBIt = Producto Interno Bruto a precios de mercado para el período “t”
PBIt-1 = Producto Interno Bruto a precios de mercada para el período “t-1”
i = tasa de interés ANUAL a la que se financia la Deuda Pública
g = tasa de crecimiento anual de la economía
RPt = Resultado Primaro del período “t”
Consideremos que “t” es el año 2009 y tengamos presente que el PBIpm (a precios de 1993)del 2008 fue de 121.601.013 (en miles de U$S). Nos faltaría calcular el PBI2009: la lógica nos indicaría que aplicásemos la tasa de crecimiento de la economía al PBI2008 para obtener un estimado del que buscamos, que es lo que haremos, sin perjuicio de reconocer que existe una marcada tendencia a pensar que ese crecimiento es ilusorio y que en realidad es mucho más bajo, sino negativo.
PBI2009 (en miles de U$S) = PBI2008 x (1 + g) = 121601013 x 1.069968 = 130109192.7
Que es igual a la relación entre el nivel de endeudamiento de la República Argentina y su PBI a precios de mercado para el año en curso (2009).
Ahora bien, si consideramos g = 0.04 (el crecimiento esperado oficialmente para el año 2009), obtenemos:
D2009/PBI2009 = 0.63267
Ese es el número: básicamente más del sesenta por ciento de la producción argentina está comprometida por la Deuda Pública y eso siendo bastante optimistas y benévolos en las variables del cálculo, ya que si se quisiera ahondar en precisiones el cociente se dispararía por encima del setenta por ciento. Sin embargo, sería insatisfactorio concluir aquí a razón de que debemos interpretar lo que esto significa para el país.
Por sus características estructurales, Argentina debería tener una relación deuda pública/PBI de 0.4 a 0.5 máximo; recordemos las cualidades de los sindicatos argentinos y su grado de sensibilidad en cuestiones salariales, la planta de empleados públicos, el elevado gasto público de los últimos seis años y, por supuesto, nuestra condición inexcusable de ser proclives a declarar el default de nuestra deuda y pasar por encima incontables normas internacionales, lo cual nos hace muy poco aptos para conseguir financiarnos a través de deuda nueva. Teniendo en cuenta que se prevé un deterioro de la tasa de crecimiento como consecuencia de la caída en el nivel de consumo, lo cual acarrea (simplificando la cuestión) una baja en la recaudación por la disminución de los ingresos tributarios vinculados a la imposición sobre el consumo (dando por sentado que la depresión del consumo también afectará los beneficios de las empresas y de los individuos, lo que también recortará los ingresos tributarios), la situación se agrava ya que esto disminuye el resultado primario y esto, por supuesto, tiende a reforzar cada a vez más la relación endeudamiento-PBI.
Todo esto enarbola un pronóstico oscuro. No solamente ya es alto el cociente mencionado, sino que tiende a incrementarse. Regresando al 2001, este cociente llegó a un pico de 1.13 y no es de extrañarse que como continúen las variables macroeconómicas evolucionando tal como se considera que lo harán que llegue a un nivel similar. Esto es admisible para países desarrollados que inspiran fuerte confianza en los mercados de capital internacionales por su impecable o atractivo historial de defaults, como es el caso de los EEUU que, según el FMI, tiene un proyectado de que su deuda representará un 97% de su PBI para 2012 (sin nombrar que la relación de Japón podría pasar a ser 224% en el mismo período) , pero es sumamente peligroso para países como el nuestro, con un pasado cuestionable en materia de Deuda Pública y defaults.
¿Cuál es la solución? Desde lo personal, considero urgente la necesidad de replantear el endeudamiento argentino y dejar atrás la evasión al pago de la deuda motivada en cuestionables fines demagogos. Argentina debe reinsertarse en el mercado internacional financiero como país solvente y debe demostrar que dispone de los medios necesarios para hacerlo, ya que se aproximan tiempos difíciles en los que escaseará el crédito y, como todo lo que está en baja cuantía, se encarecerá. Las reglas de juego claras para las inversiones extranjeras también contribuirán a mejorar la presencia del valioso financiamiento, evitando el endeudamiento excesivo. Nuestro país debe apuntar sus cañones a solucionar con firmeza y celeridad sus problemáticas internas para estar firmes para soportar los vientos contrarios a la dirección que tomamos.
La concientización de la existencia de un problema inmediato en cuanto al endeudamiento es vital para no caer en default. Bajo ninguna circunstancia se deberá permitir llegar a esa instancia y, tampoco es responsable refinanciar permanentemente y en forma poco inteligente grandes masas financieras cargadas de interés, comprometiendo a las generaciones venideras.
Nacido el 22 de diciembre de 1989, concluyó sus estudios secundarios en diciembre de 2006 a la edad de 16 años. Ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, en donde todavía cursa sus estudios en el último año de la carrera de Contador Público. Se desempeña como adscripto de las cátedras de Finanzas Públicas y Economía III, desde 2009.
Borned in December 22, 1989. Finished highschool when he was sixteen. Studying economics and to become an accountant since 2007. Stipulated year of graduation: 2011. Interests: mathematics, economics, accountancy, literature, music and sports.