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El Espacio de Rinaldi

martes, 9 de febrero de 2010

El Horizonte Económico en Argentina: A Cane Muto Et Aqua Silente Cave Tibi



Veamos: inflación, ausencia de reglas claras de juego, medidas de control absoluto del Estado en la actividad económica, agentes económicos contumaces. Se trata de factores que tienden a producir efectos negativos, tal como el tabaquismo, el sobrepeso y la mala alimentación encauzan a una persona a sufrir de un ataque cardíaco.
Repasemos: Argentina es una país con una predisposición a la inflación, situación que lo hace completamente distinto a sistemas económicos deflacionarios y lo caracteriza, en el sentido de que no podemos concebir un período de excitación de actividad económica sin que sea acompañada por un incremento sostenido en el nivel de precios de magnitud superior a la tasa de crecimiento. ¿Y con esto qué? Esto clasifica a Argentina como país sensible ante cambios de orden político, social y económico en cuanto a variaciones en la fijación de los precios. ¿Cómo altera esto las posibilidades de un país de crecer y desarrollarse? En primer lugar, impide que se perfeccione el beneficio de la planificación de mediano y largo plazo. Ningún agente económico puede planear con tranquilidad cuáles serán sus acciones futuras de horizonte larguiplacista y como resultado, la actividad económica se desarrolla en términos caóticos tendientes a perfeccionarse por decisiones cortoplacistas, que por lo general nunca son las más concienzudas y adecuadas. En segundo lugar, la incertidumbre reina impidiendo la seguridad en el tráfico jurídico y mal predisponiendo a los agentes económicos a cumplir con sus deberes fiscales, acrecentado esto por la enorme presión tributaria argentina. En tercer lugar, lejos de producir efectos redistributivos de la riqueza produce uno inequitativo ya que los estratos más bajos son más afectados puesto que el proceso inflacionario compromete fundamentalmente bienes de primera necesidad y sólo contados bienes con incrementos de tasa de consumo superior al incremento de tasa de ingreso nominal o bienes de lujo. Sin contar la reducción de ingresos REALES a las arcas del Estado por el efecto Olivera-Tanzi, aquél que nos decía que al haber procesos infalcionarios y producirse un transcurso del tiempo entre el devengamiento de la obligación fiscal y el pago en sí de la misma, lo percibido por el organismo recaudador estaba desactualizado en poder adquisitivo.
Hasta ahora, no he hecho más que establecer algunas consecuencias perniciosas de la inflación en sistemas económicos. El factor político, sin embargo, es también muy importante. Aborrezco las opiniones sesgadas. El matrimonio Kirchner ha tenido grandes aciertos en política económica, pero también grandes desaciertos. Se les debe reconocer la estatización de empresas privatizadas a precios irrisorios, el tratamiento de los deberes de crédito internacionales que nos reposicionaron en cuanto a nivel de confianza, atrayendo inversiones; revisando cifras, es indudable que han morigerado la grave situación de inequidad en materia de distribución de la renta (aunque subsiste la notable desproporción), han revitalizado la ciencia argentina y valorado el trabajo de investigadores, entre tantas otras cosas más. Pero, sin embargo, también han puesto en jaque la seguridad económica y social del país en repetidas ocasiones: cuando crean conflictos que ni siquiera deberían existir, cuando realizan maniobras que son tomadas por entreveradas por la sociedad, cuando elaboran tramas insuperables de subsidios cruzados y controles de precios contra-natura que sólo logran causar malestar, entre tantos otros más. Todo esto puesto en conjunto sigue manteniendo un nivel de crecimiento estable, pero no va acompañado por equidistribución y se deja todo en manos de una variable clave: el dólar. Todo estará bien siempre y cuando se devalúe a cuentagotas la moneda, teniendo esto como efecto negativo el encarecimiento de insumos industriales importados (claves para el sector productivo) lo cual a su vez fomenta el crecimiento sostenido de precios de bienes manufacturados y el abaratamiento de los primarios exportables, haciéndolos más competitivos. El equilibro en la balanza comercial quedará supeditado entonces al volumen de exportaciones, dado que su bajo precio internacional y el encarecimiento sostenido de las importaciones por valores mucho mayores al de los exportables hacen que todo dependa de una cuestión de cantidad: cuánto se coseche. Sabemos que hay desincentivos a la actividad primaria por todos los problemas concernientes a la falta de acuerdo de voluntades entre el sector primario y el gobierno, por lo cual podemos esperar que el volumen de oferta decaiga más o menos en forma sensible. Con lo cual si bien concluyo que no podrá haber desaparición espontánea de superávit en Balanza Comercial, establezco como hecho indubitable el deterioro progresivo del Resultado Primario (positivo ahora) hasta una cota indeterminada no negativa.
En resumen, lo que espero que suceda en Argentina en términos económicos durante los próximos dos años es: perpetuación del problema inflacionario (con todas las consecuencias enumeradas), un deteriror progresivo del Resultado Primario ocasionado por las relaciones de Balanza Comercial nombradas así como también por los motivos inflacionarios y la baja en la recaudación fiscal, también alterada por el efecto Olivera-Tanzi; incertidumbre para los agentes económicos, por ausencia de pautas fijas o reglas de juego. Marañas de subsidios, controles de precios, devaluación sostenida de la moneda. En fin: DETERIORO DE LA CALIDAD DE VIDA, efecto negativo en la redistribución de la riqueza y descontento social. Todo ocurrirá gradualmente, hasta que alcance su cenit, momento en el cual el establishment se hará añicos y un gobierno en su suplencia intentará continuar, pero no podrá por el legado de intervencionismo absoluto del Estado a través de agentes individualizados; esto le tornará en incompetente y repercutirá aún más en el declive social. Todo ello, hasta tanto se alcance por la propia tendecia la senda de la recuperación. Considero mejor otro período del mismo corte de gobierno a los fines de atenuar un poco el precipicio y alisar terreno para aterrizar y someto todo lo antedicho al resultado del mundial de fútbol 2010, puesto que en caso de coronarse Argentina campeón la repercusión social será alevosa y cambiará la predisposición de los agentes al cambio, positivamente; además, distraerá el foco de atención, permitiendo al poder realizar maniobras que de otra manera no podría y mejorará su imagen positiva, como resultado de una asociación indirecte a infundada al triunfo. Me despido, espero no haber sido tan delirante, como mi costumbre suele dictarme.

7 comentarios:

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  2. Y en que parte colocás la operación mediática de los grupos de poder para generar confusión y desconfianza con tal de que a los K les vaya mal??No vamos a negar que existe no? es típica.Sólo basta con repetir, por ejemplo, 49 veces por día que va a haber corrida bancaria, y la corrida bancaria SUCEDE, y así, con todo. Por otra parte,y acá coincidimos veo, si viniese otro gobierno, de corte liberal.....esto se va todo al carajo, o no??
    Considero que en toda democracia presidencialista, la economía depende en un 99,9% del "corte" que tenga el gobierno de turno. Y que no me vengan con que no existe más la derecha y la izquierda. Los gobiernos de derecha siempre han quedado "bien parados" desde lo económico porque generan las condiciones para que los grupos de poder negocien acolchonados sobre las medidas de un Estado inexistente. Y siempre que hay un gobierno al menos "progre" todos los poderes económicos se alteran y se piensan que los que mandan en un país deberían ser ellos, llenándose la boca con la palabra "consenso" y "Democracia", siendo estas las excusas constantes para poder enriquecerse a más no poder.
    Para mi todo se resume en que mientras unos pocos no quieran soltar ni un peñique, todo seguirá inestable e impredecible.
    Igual sigo opinando que "usté" puede hacer mejores análisis, tratando de no ser tan "objetivo", ya que eso no existe.

    Si Argentina gana el mundial, me hago menemista.(encima soy de los que creen que vamos a ganar)

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  3. Javier, me sacaste una sonrisa con tu comentario. En parte porque me da esperanzas por la existencia de personas de tu estilo crítico y sagaz y en otra, porque sabés combinar el humor, la perspicacia y la inteligencia analítica en la justa medida, cual una suerte de alquimista de lo verbal.
    Te comento que soy perfectamente consciente del golpe mediático que llevan esbozándoles a los Kirchner desde hace aproximadamente dos años y unos meses. Mi intención es simplemente analizar lo más objetivamente que pueda los fenómenos económicos que intuyo que se sucederán. No tengo una idiosincracia política definida y prefiero la posición de papa negro detrás de las cortinas antes que la exposición total y sufrir sus consecuencias.
    Nuevamente y desde mi humildad te agradezco que participes con la brillantez que te caracteriza. Un gran saludo, amigo.

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  4. Olvidaba un pequeño detalle, la referencia tuya hacia que si uno repite en numerosas ocasiones que un fenómeno económico ocurrirá, entonces ocurre es en parte cierto pero en parte no. La Teoría de las Expectativas indica que se requieren múltiples factores interactuando recíprocamente para que algo así suceda. Para que quede más claro: existen un puñado de individuos que cuentan con información valiosa y cuasi perfecta de cómo funciona el mercado (analizándolo en agrupaciones sui generis), siendo ellos los que determinan si algún hecho será susceptible o no de producir efectos sobre el mercado cuyo entorno manejan cognitivamente. ¿Por qué? Porque se anticipan a los movimientos, como si se tratase de una partida ajedrecística y en lugar de producirse el efecto esperado se genera otro, el cual desprende a su vez otras consecuencias en efecto derrame.

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  5. No es pa tanto, camarada.Uno hace lo que puede.El último video que postié, conmpuesto por Barragán, no tiene desperdicio.

    Lo último que decís, es tal cual.

    Abrazo!

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  6. Durante el conflicto con las patronales del área rural, se repitió una y otra vez que la Argentina iba, a esta altura del año, tener que estar importando trigo: ¡No vamos a tener pan! – gritaban apocalípticamente una y otra vez en los noticieros – ¡Vamos a tener que comer pan negro por que no va a haber trigo! –

    La realidad es que hoy esos agentes económicos que motivaban este sentimiento de desabastecimiento total (y que en su momento generaron con efectividad) hoy le solicitan al gobierno que compre el trigo que ellos no pueden encajar en el mercado internacional.

    Lo que dijo Javi sobre la repetición de un mensaje y la bajada de línea mediática es más que cierto. Si sucede o no lo que presagian no es el problema. El problema es que la gente se lo cree.

    Saludos amigos.

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